La poeta, Premio Nacional de Poesía y Premio Cultura Gallega de las Letras 2023, comenzó el pregón de la LVI Feria del Cocido dando las gracias “a quién pensó en mí”, convirtiéndola en la “primera escritora en darlo”.
Dedicó su literario pregón sazonado de ironía y humor a las mujeres de Lalín: “a las únicas mujeres del mundo felices de celebrar San Valentín enamorando un cerdo”.
Se nombraron siete nuevos Comendadores: Yolanda Castaño; Michel Durrieu; Francisco Fumega; Belén Xestal; Rafael López; José González Vázquez y Víctor Manuel Vázquez Portomeñe.
La LVI Feria del Cocido se celebra bajo los retos de lograr la desestacionalización definitiva del cocido y en el de convertir el turismo en recurso económico vital para Lalín, Deza y el interior de Galicia.
“Quiero comenzar este pregón dando las gracias a quien para él pensó en mí. A quién me convirtió no en la primera mujer, que soy la séptima, pero sí en la primera escritora como tal en darlo. Podréis imaginar lo que me hace sentir sumarme a la estirpe de Cunqueiro, Celso Emilio, Alonso Montero, Alfredo Conde, Carlos Casares o Víctor Freixanes. Y en mi caso, además, en clave de verso; pero es cierto que la única poesía en la que creo es la que sale del papel, excede la página, desborda los libros y resbala por el mundo adelante, burbujeando allí donde está la gente, sazonada de mundo y contaminada de vida”. Con estas palabras comenzó la poeta, filóloga, gestora cultural, videocreadora y traductora, Yolanda Castaño, el pregón de la LVI Feria del Cocido que ofreció hoy en Lalín. Continuó: “Gracias, además, Lalín, por hacerme crecer a la par de vuestra consideración: unos cuantos años atrás pronunciaba en esta villa el pregón de la Feria del Libro, algo más adelante lo del Cocido del Orgullo, y hoy me subís hasta el más alto rango del cariño que una feria gastronómica puede expresar por alguien”. Castaño desveló que en su casa “apuestas, favores o compensaciones por trabajos fatigosos se negocian con frecuencia con el justo y alto pago de un cocido. Intuyo que para muchos bien pudiera constituir una acusación bastante ruín. Porque es que no solo de pan vive el hombre: hace falta un bueno cocido”, afirmó. Cocido que definió como “la joya cultural de las Tierras del Deza porque supone la metáfora de como la cultura debe ser: que conjugue el sostén de la proteína, el delicado recebo del hidrato, y a una verdura capaz de vitaminarnos”. Al respeto precisó: “No hay plato más democrático tanto en cuanto ofrece bastante donde escoger desde sus fuentes, y casi habrá tantas combinaciones posibles como comensales (Si estuviera por aquí cerca mi amigo Jorge Mira nos haría la tabla de la combinatoria matemática: lacón, cachucha, grelo para este; jamón, chorizo, garbanzos para aquel; patata, por el y reponerlo para otra; gallina, berza y oreja para la de acolá). Nadie queda fuera del cocido, nadie le es ajeno al plato más integrador. Todos y todas son bienvenidos a la única receta a la vez de cuchara, tenedor y cuchillo”.
“Diversidad: toda la que se quiera, posibilidades casi infinitas”, remarcó, al tiempo que se refirió también a él como “salvoconducto, pues, a entrar por la puerta de los cielos. Es de hecho en Lalín donde se constata que un buen cocido te hace ascender a ellos igual que el aviador Loriga; si está tan bueno cómo lo que hacen aquí, ves las estrellas como si fueras Ramón María Aller”, subrayó. Afán pacifista y cohesionador ensalzó también el cocido porque “fomenta el pacifismo (...), es mismo anticapitalista pues ya vemos que su materia prima es accesible a cualquier bolsillo (...) y es cohesionador tanto en cuanto los seis ayuntamientos de la comarca se unen siempre con el mismo afán: no importan posibles diferencias políticas de las corporaciones municipales, en la misma olla todos se rehierven cooperantes y hermanados, como si ellos mismos fueran igualados ingredientes en una compartida olla”. Metáfora de lo que son los lalinenses.
La pregonera defendió que “además de los valores de la slow-food, el hecho de que el cocido de Lalín se basa en la calidad del producto y no tanto en una sofisticada elaboración hablan de una honestidad sin máscaras. El cocido se revela así como la mejor metáfora de los lalinenses: gente franca sin artificios, sin imposturas que la puedan disfrazar. Aquí el jarrete es jarrete, las gallinas son de la casa, aquí lo que parece unto no es otra cosa que unto”. “Dejadme que siga la restra de virtudes de este banquete tan sonado. Otra de las del cocido es su internacionalismo, y no me refiero solo su reciente declaración oficial como Fiesta de Interés Turístico Internacional... El cocido es un plato europeísta: resulta que tiene tantos ingredientes como estados miembros de la UE. Veintisiete segundo aseveraba el gran Cunqueiro...”, señaló. En el cierre de su literario pregón aderezado de ironía y humor, Yolanda Castaño reiteró “el agradecimiento a todas las personas oyentes y a quién me convirtió en esta séptima pregonera y primera entre las poetas. Permitidme, feminista, sororal, con razón o sin ella, dedicárselo hoy a las mujeres de Lalín: las únicas mujeres del mundo felices de celebrar San Valentín enamorando a un cerdo”. “Bienvenidos, bienvenidas a la cincuenta y seis Feria del Cocido de Lalín. Manos al cerdo, que aproveche, muy buen día y muchas gracias”, concluyó. El cocido, un plato que se puede comer todo el año esta LVI Feria del Cocido se traduce en una edición inmersa en los retos de lograr la desestacionalización definitiva del cocido para que todo el mundo tenga claro que es un plato que se puede comer todo año, así como en el de convertir el turismo en un recurso económico vital de primer nivel para Lalín, Deza y la Galicia de interior. También esta Feria está marcada por todos los eventos y actividades que giran alrededor de ella, entre ellos, la Feria Internacional de Apicultura, Alvariza. que en esta tercera edición tuvo una muy destacada acogida; la Matanza Tradicional del Cerdo en una edición sobresaliente en la que estuvieron presentes muchas tradiciones de antaño a través de recreaciones escenificadas; la segunda Feria de Artesanía Alimentaria que se desarrollará los días 8, 9 y el 10 de marzo o un destacado proyecto expositivo de la mano de la escultora Soledad Penalta que se puede ver en el Museo Municipal Ramón Mª Aller hasta comienzos de abril, entre una serie muy amplia de atractivos.
Siete nuevos Comendadores
Los actos de este día grande del Cocido dieron comienzo sobre las 10.30 horas en la Casa Consistorial con la Encomenda del Cocido, en la que en esta edición ingresaron siete nuevos integrantes: Yolanda Castaño (pregonera, Premio Nacional de Poesía 2023 y Premio de la Cultura Gallega -Letras- 2023); Michel Durrieu (CELO Huttopia International); Francisco Fumega (alcalde de O Carballiño); Belén Xestal (periodista, comunicadora y productora audiovisual); Rafael López (jefe del servicio de Oncología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela); José González Vázquez (conselleiro del Medio Rural) y Víctor Manuel Vázquez Portomeñe (grano impulsor del Xacobeo y del Camino de Santiago). Seguidamente, la delegación encabezada por la pregonera, Yolanda Castaño; por el alcalde de Lalín; por el presidente de la Xunta; por el presidente de la Diputación de Pontevedra; por el alcalde de Madrid; en la que también participaron varios altos cargos de la Xunta de Galicia (conselleiro de Cultura, Educación, FP y Universidades; conselleiro de Sanidad; conselleiro del Medio Rural; delegado territorial de la Xunta en Pontevedra; directora general de Juventud, etc.); la diputada provincial de Turismo, entre otras autoridades, así como el cartelista, Fernando Pereira, los Comendadores y miembros de la Corporación municipal, procedió a la apertura de la Feria y a visitar la Carpa del Cocido en el Campo de la Feria con productos gastronómicos típicos de Lalín y de artesanía. A continuación la delegación se dirigió al palco de la calle Principal donde Yolanda Castaño ofreció su pregón tras ser presentada por la comendadora, Belén Xestal. Le siguió el desfile de charangas, agrupaciones musicales y Carnavales tradicionales gallegos, que abrió “Don Cochino” y cerró “El cerdo Queitano”.